martes, 20 de septiembre de 2011

A ese niño

Y llenar de colores la vida y decorarla con mil sonrisas y más alegrías. Y estar tan divertida que nunca tenga tiempo de entristecerme... Soñar despierta. 
Sin a penas conocerte ya sabes sacar de mi las mil sonrisas y un manojo de nervios. Me vuelvo a escuchar cantándole a la vida ¡que sigo aquí! ¡que nunca me he ido!. En un bar rodeada de intensidad por todos los flancos, tocando las palmas y casi rozando el limbo. Viviendo cada día al límite como si fuera el último, con la pasión de los cantares más profundos. Con el misterio que envuelve la noche, que te envuelve a ti, que nunca sabe uno por dónde vas a salir, si vas o si vienes, ¿o es que tal vez tú tampoco te fuiste?
Pensando y pensando, las ideas se atropellan unas a otras, como dice una gran amiga "sin orden ni concierto", la única imagen que prevalece, en este estado anárquico-sentimental en el que me encuentro, es la tuya...
                                                                              la de ese niño.


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