miércoles, 24 de agosto de 2011

Fugacidad

Cuán caprichoso el tiempo que, juguetón, tan pronto tiende a correr demasiado como a estancarse en un charco de agua corrompida. Corre resbalando de entre mis manos sin poder asirlo, ni rozarlo, y a veces se ralentiza de tal forma que se vuelve denso, ladrón. Robando espacio y ganas, afanándose vidas.
Tiempo,
             tiempo
                       ...un concepto indefinido, irregular, irrespetuoso. En muchas ocasiones innecesario. El tiempo es algo intangible, no tiene la capacidad de arreglarlo todo, no es un virtuoso de las causas perdidas. No, no lo es. Nunca espera, no se detiene a comprobar si se ha solucionado todo...nunca frena y siempre pasa. Ni permanece ni te pertenece.
Nunca ha estado en tus manos...

viernes, 19 de agosto de 2011

Tic-Tac

Pasa el tiempo en mi reloj de arena, ni segundos ni memoria, sólo arena. Ratos llenos de recursos vacíos, de miedos absurdos, de incertidumbres, pesadillas...sudor frío. Las máscaras de otro tiempo se pasean irónicas, y yo sigo inmersa en una sociedad gris, en una suciedad indescriptible, en una saciedad incontrolable...
No somos más que muertos en vida, enterrados bajo la arena de nuestros propios relojes, de nuestras muchas incoherencias. Un granito amoral que crea toda esta montaña de falsas teologías, de estúpidas moralidades. Te hundes, te deslizas por el sinuoso filo del frágil cristal de las apariencias. Creando ilusiones utópicas y llorando en silencio pensamientos oscuros. Un cuchillo de doble hoja se prepara para la noche ¿quiénes somos? Oyéndose risas en el trastero ¿y tú me lo preguntas?...El silencio social.

Sentimientos que se pasean
de la cabeza al corazón

-las ocho, las nueve-

Las horas pasan,
no miran atrás

-las diez, las once-

Manecillas que frías
¡Tic - Tac!
marcan los recuerdos.

Las doce.



Demasiado tarde

Un bar, una taza de café entre las manos. La melodía de una voz lejana amenaza con entrar en mi mente y conquistarla. Un ejército de mil palabras tuyas azotan un terreno firme hasta la fecha. Se pierde el equilibrio, y yo, en mi desesperación, balbuceo lo que se supone debe ser una palabra, algo que me proteja de la maldición de tu cuerpo.
...¡demasiado tarde!...
Finjo un contraataque absurdo, las ganas de abandonar esta lucha son evidentes. Mis sentimientos se rinden ante la milicia de tus ojos.Ya no puedo evitar mirarte de soslayo y cegarme con la llama que prende tus pupilas. Deseando esconderme bajo tu piel desnuda mediante el sudor de un susurro. Resbalando hacia la perdición por el silencio intenso de tus labios. Me pierdo, me abandono a tu destino.


lunes, 8 de agosto de 2011

El tiempo mata

Rayando en el absurdo esperar de las horas. Momentos que transcurren en los abusos personales del día. Tiempo que sólo trae más tiempo. La nada en la más cínica soledad. Inconexiones que segundo a segundo se intensifican.
Ráfagas de humo acompañan ya tu recuerdo en mi memoria.  Buscando desesperada los roces de tu angustia en mi piel. Como un gato escondido tras portales ilusorios observo, desde lejos, recelosa, el llegar de tu ida. Corres desesperado hacia aquella inocencia perdida con los años y esperas, sin aliento, una cadena de hechos sucesivos que nunca llega. Despunta al alba el brillo de tus ojos lunáticos. Ya te he conocido antes.
(...)
Todo se dispersa. Y es en ese preciso instante, en el que el olvido vence a la nostalgia, que un momento cualquiera deja de existir para siempre. Un recuerdo muere.



Gatos de ciudad

Entre las oscuras sombras de noches infinitas me paseo sedienta de algo que no encuentro. Camino por la soledad sonámbula. En un rincón sucio y tétrico, maúlla sin cesar un pequeño gato azul con ojos rebosantes de sentimiento. Se me acerca ronroneando y de un salto inesperado sube casi hasta mi hombro. Su lengua sinuosa lame la incertidumbre de mi mirada. 


Ya nada es lo que parece y todo parece lo que no es.

Escucho el eco de mi respiración entrecortada por el miedo. Su nariz fría se acerca a mi cuello...sube. Su aliento acaricia mi dolor. Respira acompasado jugando con esa lengua lujuriosa mientras me susurra al oído "Rompe mi interior y quédate en él. Te espero"

jueves, 4 de agosto de 2011

La muñeca de trapo

Sucia, por el uso
abandonada e inerte
como una muñeca, 
de trapo

Los ojos de plástico
atravesados por el hilo
de una realidad tortuosa.

Se desdibuja una mueca, 
no se sabe si una sonrisa,
confundida por ese dolor
harto habitual.

¡Demasiados parches...
demasiados rotos!

miércoles, 3 de agosto de 2011

Ruidos


Mi cabeza es un continuo graznar de cuervos
que abalanzándose sobre nuestro recuerdo,
no dejan de él más que un eco ensordecido
por este dolor que se ciñe a mi garganta.
Se amontonan aquí los susurros despedazados,
allá los roces de tu piel hechos añicos,
a lo lejos tu voz se desvanece, 
ya no siento tu olor, ya sólo oigo ruido.


El pozo de lo inconexo

  Perdida en mitad de la noche, en la profunda oscuridad de mis propios pensamientos. La niebla de lo sucedido  entumece mi cuerpo dejándolo lleno de humedad. Recostada en una cama cualquiera, imagino todo lo que no pasa. Que este no es tu cuerpo, ni tu olor...que ya no recuerdo cómo saben tus besos. En mi delirio eres una constante, apareces y desapareces enredado en mi memoria.
  No descanso. Mis dedos juegan saltando de un pezón a un ombligo. Piel del demonio que me lleva por derroteros encendidos e infinitos. El deseo no entiende de moral emocional ni de dolor, entiende de impulsos. Caprichos nocturnos que te arrastran hacia la más absoluta locura. Cuerpos que invitan, que desnudan, que arden... Cuerpos, sólo cuerpos.
  Extralimitada y sin referencia, ya no distingo ni norte ni sur ¡ya no distingo! Es cómico observar cómo busco el equilibrio en una cuerda floja, inestable e imaginaria. Mi visión se distorsiona y caigo al pozo de lo inconexo.