Sucia, por el uso
abandonada e inerte
como una muñeca,
de trapo
Los ojos de plástico
atravesados por el hilo
de una realidad tortuosa.
Se desdibuja una mueca,
no se sabe si una sonrisa,
confundida por ese dolor
harto habitual.
¡Demasiados parches...
demasiados rotos!
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