viernes, 19 de agosto de 2011

Demasiado tarde

Un bar, una taza de café entre las manos. La melodía de una voz lejana amenaza con entrar en mi mente y conquistarla. Un ejército de mil palabras tuyas azotan un terreno firme hasta la fecha. Se pierde el equilibrio, y yo, en mi desesperación, balbuceo lo que se supone debe ser una palabra, algo que me proteja de la maldición de tu cuerpo.
...¡demasiado tarde!...
Finjo un contraataque absurdo, las ganas de abandonar esta lucha son evidentes. Mis sentimientos se rinden ante la milicia de tus ojos.Ya no puedo evitar mirarte de soslayo y cegarme con la llama que prende tus pupilas. Deseando esconderme bajo tu piel desnuda mediante el sudor de un susurro. Resbalando hacia la perdición por el silencio intenso de tus labios. Me pierdo, me abandono a tu destino.


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